Un paseo nocturno. {Adela}

El viento soplaba fuertemente y su murmurar hacía que me fuera imposible conciliar el sueño, aunque la verdad es que no tenía ni pizca, pues me había pasado todo el día bebiendo coca cola, mi padre me había enviado una lechuza aquella semana provista de un buen cargamento de mi refresco favorito. Mis compañeras de cuarto parecían yacer dormidas en sus camas, bien podría molestarlas y ganarme unas cuantas palabras malsonantes a esas horas, pero de qué me serviría, había cosas más interesantes que podía hacer. Me levanté de mi cama haciendo el mínimo ruido y me deshice de la ropa de cama para coger un suéter negro de cuello y unos pantalones vaqueros. Me puse mis botas y salí de mi habitación. Bajé en silencio y crucé la vacía sala común, que extraño que estuviese vacía, me preguntaba si estarían todos en sus respectivas camas o como yo, tendrían algunos quehaceres nocturnos pendientes. Pasé a través de la Dama Gorda, que cómo no, estaba dormida y la estaba despertando. -Ma-maldita niña... a estas horas...grrr...-bah aún seguía sin entender qué lograban sacar de un cuadro parlante, en ese caso solo era una burda molestia.

Ahora tenía que ser más cuidadosa porque a estas horas, era normal encontrar a algún que otro profesor de guardia, y o era bueno que me pillase fuera de mi cama, pero eso lo tenía solucionado, no era la primera vez que salía a dar un paseo nocturno, por Merlín ¡esto es Hogwarts! detrás de ese tapiz de ese hombre tan feo hay una especie de tobogán que te lleva directamente a las mazmorras. Una vez hube pasado por ese pasadizo secreto, esperé unos segundos para asegurarme de que no hubiera nadie merodeando cerca, pude salir con tranquilidad. El resto fue pan comido y en nada ya me encontraba andando bajo la luna llena mientras tarareaba una de mis canciones favoritas de las brujas de Macbeth. Mis pasos me llevaron directamente al bosque prohibido. La verdad es que solía ir allí a menudo a sabiendas de lo que me ocurriría si me pillaban, pero como no, me daba igual. No me adentré demasiado en la espesura hasta que hube escuchado unos pasos muy cerca mío, me giré y sin ni siquiera sacar mi varita, pronuncié las siguientes palabras al viento:
-¿Qué quieres?-dije con una sonrisa traviesa.

Otra noche en la que no podía dormir. Sus ojos se cerraban pero su mente seguía despierta. Allí en las cocinas todo era silencioso, así que ese no era el problema. Era ella misma, le costaba mantener los ojos cerrados, temía que alguien le viese la marca mientras dormía, y no se podía permitir eso. También pasaba por su mente la escena en la que apareció Farrokh muerto es sus brazos. Le echaba de menos, había tantas cosas que quería contarle. Se dijo a si misma que el fin de semana que viene visitaría su tumba y le diría algunas palabras, aunque sabía que no iban a ser respondidas, necesitaba hablar con alguien. Por su mente también pasaban algunas imágenes de Connor, se mordió el labio y sonrió como una tonta. Ahora tenía los ojos abiertos de par en par, sin poder dormir y bastante aburrida en el cuarto.

Se levantó de la cama y tomo algunas prendas, un jersey de lana que le regaló su abuela, era horrible, pero al menos le daría calor para soportar el frío de la noche. Un pantalón de chándal y unas deportivas un poco rotas. Esa era su ropa de estar por casa, y le vendría bien para la noche y más hacia el lugar donde se dirigía. Miró de nuevo a su compañera, pues se agitó un poco, quizás el baúl cerrándose hizo bastante ruido y estuvo a punto de despertarla. Por suerte ella seguía aun en un profundo sueño. Sonrió para ella y salió por la puerta.

Hasta el camino a las afueras del castillo tuvo la suerte de no encontrarse con la Señora Norris, ni con Filch. Así que pudo ir bastante ligera. Una vez fuera e frío pegó fuerte contra su cara. Así que sacó una bufanda de su bolso y se la coloco tapándose media cara. Miró hacia sus alrededor y sin saber dónde ir se dirigió hacia el bosque. Sabía que era prohibido, pero se sentía atraída por él. Quizás fuese algún efecto de aquello negro que corría por sus venas, o quizás fuese ella misma. Paso a paso se fue acercando al lugar, iba lenta pero con seguridad. En el momento que se adentró unos pocos metros, pasó de ver poco a no ver absolutamente nada. No encendió su varita, no quería que las criaturas que rondaban por allí la viesen a metros de distancia. Simplemente dejo que sus ojos se hiciesen a la oscuridad.

Anduvo un poco más hacia el centró. En ese momento escuchó como unas hojas que se pisaban y alguien que le decía unas palabras. -¿Qué quieres?- Sonó un poco divertida. Dio un par de pasos en la dirección de la voz y distinguió una chica. Seguramente sería otra estudiante. No de su casa.

-No te había visto. Este lugar es demasiado oscuro y usar un lumus no sería una opción muy certera. No me gustaría ser alimento de algún lobo o peor aun, tener una charla con el director. Aunque si vengo a uno de estos lugares ya me expongo a esos dos peligros.-

Dio un par de pasos más, así ella se dejaría ver. Encendió un cigarro y le dio una calada.

-Por lo que veo no soy la única a quien le gusta pasear de noche, y tampoco soy la única a quien le gusta los lugares misteriosos. Y yo que creía que era un bicho raro-

El viento comenzó a soplar con más fuerza lo cual hizo que mi pelo se despeinara y fuera al son del viento lo cual no me importaba. El ruido de pasos se intensificó y pronto pude vislumbrar en las sombras, una figura. Era la de una chica, probablemente sería otra estudiante de Hogwarts, pero debía de ser de otra casa, pues su casa no me era para nada familiar. Tenía el aspecto de ser la típica chica de aspecto rebelde que va contra las normas, podría equivocarme, pero a la hora de echarle el ojo a las personas no solía fallar.

Escuché sus palabras, la verdad es que no me preocupaba que pudieran pillarme, yo era una persona muy cautelosa y no sería la primera vez que corría esos riesgos. -La verdad es que yo no temo a que me pillen, la vida deja de ser divertida cuando no arriesgas.-dije con una sonrisa de lado. La verdad es lo que yo hacía, tomaba situaciones arriesgadas, incluso vivía situaciones de lo más alocadas así era para mí la vida, vivir al límite, eso era disfrutarla a tope, eso era lo mejor.

-Respecto al lummos bueno, si lo conjurases ahora atraerías a muchas criaturas lo cual no es del todo deseable pues a saber qué traes. Pero bueno, puede ser una experiencia interesante...-dije divertida. -Por cierto ¿tú por qué has venido aquí? -le pregunté curiosa.

Las ramas de los árboles se movían con el mismo ritmo pautado por aquel siniestro ambiente.Todas a un lado, luego a otro, el mismo movimiento una y otra vez. Sin importar el viento, siempre el mismo. Podría a ver un huracán en todo Hogwarts y allí estar igual de tranquilo. La oscuridad del lugar no era como la de la noche, era diferente. Cuando los ojos de alguien se hacían a ella, podían ver solo entre sombras. Si tenían una persona enfrente tuyo, solo veías todo de color pardo. Al igual que en la noche podías distinguir los colores dentro de un límite, allí eso era imposible. Era casi imposible saber si el uniforme de alguien era rojo o verde. Muchas veces sabías de que casa era la otra persona por el animal de su escudo. Adela vio un león en el escudo de la chica que estaba frente a ella. Dedujo que sería de Gryffindor. Era la casa que más reglas se había saltado, mientras que la suya, era... aburrida. "Me da que soy Divergente y el sombrero hizo conmigo un sorteo" Pensó para ella. Esa voz iba ha hablar pero la fulminó con su ojo interno. Silencio. Aunque de fondo escuchaba alguna risa. Recordaba esa palabra de un libro que leyó las vacaciones pasadas, después de la batalla. Un búho se posó sobre una de las ramas. Sonó un ulular. No era una advertencia a otras criaturas. Era una melodía diferente que poco a poco fue quedando en segundo plano.

Adela se peinó un poco el pelo con la mano. Dando un aire de aburrimiento. ¿Y eso era el bosque? Bueno aunque solo estaba en las afueras y sin ninguna luz que avisase a los seres del lugar. Le gustaban los riesgos, pero amaba demasiado su vida. Una cosa es ser valiente y otra idiota. La linea entre esas dos era muy final y más de uno ya la había pasado. -La verdad es que yo no temo a que me pillen, la vida deja de ser divertida cuando no arriesgas.-[/b] Escuchó decir a a chica. Sonrió. Igual pensamiento. Aunque sería divertido ver al director enfadado, y la verdad que no le importaba nada. Se apoyó en un de los árboles que tenía a su lado. El riesgo también podía ser divertido, hasta un límite.

-Aunque la verdad... no le debo ningún respeto a este director. Además el Bosque es el mejor lugar para que alguien desaparezca sin respuestas.-

Risa malvada con un toque divertido salió por su boca. "¡Sí eso ocurre yo me pido ayudar!" "Lo siento pero ese hecho lo quiero recordar para el resto de mi vida" Cruce de brazos, enfado, pero al final. Un "esta bien". El búho que se posó anteriormente en la rama se fue hacia otro árbol para seguir con su ulular. Volvió su mirada hacía la chica cuando ya lo perdió de vista.

-En cuanto al riesgo. Claro que es divertido. Pero también amo mi vida-

Dijo de forma indiferente. [b]-Respecto al lummos bueno, si lo conjurases ahora atraerías a muchas criaturas lo cual no es del todo deseable pues a saber qué traes. Pero bueno, puede ser una experiencia interesante...- Sonrió un poco. Lo de la experiencia sería demasiado interesante... Aunque en ese momento no tenía ganas de salir corriendo. Menos de armas un escándalo.

-Muy interesante. Mira que en ver de atacar se ponen a bailar.-

Dijo intentando esconder la risa. Sería algo épico. Aunque eso era soñar demasiado. Tosió un poco para volver a la normalidad. Por cierto ¿tú por qué has venido aquí? - Preguntó la chica. Adela pensó una respuesta. No tenía ninguna.

-¿Aburrimiento?

Mientras esperaba a que la chica contestara a mi pregunta, me dediqué a echar una ojeada a lo que había a mi alrededor ahora que mis ojos se habían acostumbrado a la oscuridad. Podía ver el inquietante bailoteo casi hipnótico de las ramas de los árboles, todas hacia el mismo lugar unas de las otras, y el intenso aleteo de un búho que se posó en una de ellas. Luego me detuve en los ojos de la chica, algo fríos y desafiantes, se acomodó un poco el pelo, pero de nada le serviría pues el viento no tardaría en despeinarlo otra vez.

Escuché sus palabras, la verdad es que no parecía tener demasiado estima por nuestro director, la verdad es que yo sí lo respetaba, pero cada uno era libre de tener su propia opinión, lo que no me gustó fue lo que dijo a continuación. -¿Tú verías bien que alguien desapareciera así sin más? -le dije sin sentimiento alguno en mi pregunta. Esa chica cada vez me resultaba más rara, tal vez sería interesante tratar de conocerla un poco más, creía haberla visto con el uniforme de Hufflepuff sí... Una tejón sin duda... aunque con un carácter fuera de lo común...

- Yo sí, el aburrimiento me ha hecho salir de mi habitación y me ha guiado hasta aquí al  ver que no hay nada más interesante que hacer, por cierto, soy Emeraude.-dije casi en un susurro la última palabra, no me iba mucho lo de hacer amigos, la verdad es que ni sabía lo que estaba haciendo, eso de presentarme y esas cosas no era lo mío así que ni sabía si lo estaba haciendo bien.